Se denomina netlabel (también online label, web label o MP3 label) a los sellos discográficos que distribuyen su música en formatos digitales (normalmente MP3 u OGG) a través de la red.
Un sello online funciona como un sello discográfico tradicional a la hora de producir y promocionar proyectos musicales (tales como álbumes o recopilatorios). La mayoría utiliza tácticas de "marketing de guerrilla" para promocionar su trabajo. Pocos sellos online dan beneficio a sus clientes. La principal diferencia entre los sellos online y los tradicionales está en el énfasis que ponen los primeros en las descargas gratuitas, todo lo contrario a las publicaciones en medios físicos (CD, vinilo o DVD). Con frecuencia, la música se lanza con licencias que potencian la compartición, como por ejemplo licencias Creative Commons. Los tradicionales, normalmente, mantienen el copyright.
Para comprender la historia de los sellos musicales que funcionan en la red, es necesario remontarse a los primeros medios de difusión masiva de archivos: los BBS (o Bulletin Board System). Los BBS se establecían en ordenadores personales y permitían a cualquier usuario con acceso a una línea telefónica por medio de un módem, acceder a diversas colecciones de archivos. Entre ellos, se encontraban los denominados MOD, IT, S3M, o derivados.
Estos formatos eran producidos por artistas a través de programas denominados "Trackers", los cuales les permitía componer música utilizando una amplia librería de sonidos (samples). Es aquí donde nace la música electrónica tal como la conocemos actualmente.
Con el auge de Internet aparecieron diversos sitios webs que brindaron espacio a estos artistas digitales. El navegante podía acceder de manera gratuita al material en los formatos mencionados, que se caracterizaban por ser modificables en todos sus aspectos. Luego apareció la tecnología MP3 que todos conocemos: un archivo sonoro que solo puede modificarse en los aspectos finales de una producción, y no en su composición interna e instrumental.
Los sellos tradicionales y las grandes compañías aprovecharon dicho auge para establecerse a través de portales musicales, donde la cultura de la música libre dio por perdida una batalla. Los sellos multinacionales, atrapados en la ideología del marketing, remarcaron un margen que de a poco fue creciendo y en el que se inscribieron los actuales sellos discográficos independientes. Estos, con pocos fondos pero mucha inteligencia, promovieron el nacimiento del netlabel.