
Trovadores ha habido muchos, pero Compay es la leyenda viva. La trova hasta 1992 no era acogida como algo cercano y familiar,pero a partir de esta fecha comienza a crearse en España un ambiente favorable para la trova y el son tradicional e invitan a viejos y respetables músicos. Algunas discog´raficas comienzan a reeditar colecciones de discos viejos de son. Eso genera gran curiosidad. Europa, envejecida y explotado de sonidos eléctricos y electrónicos, decide echar una mirada atrás, en busca de la música natural, original.
Compay entra en el escenario estatal en 1994 en un encuentro entre el son cubano y el flamenco, que organiza la Diputación de Sevilla. Pero no es hasta un año después, 1995, cuando Santiago Auserón, Juan Perro para los amigos, edita la antología de Compay Segundo. Y el boom se logra con el Premio Grammy, con el disco Buena Vista Social Club, en 1997, dentro de la categoría de música tradicional, saltando a la fama, mundial que llevo a este trovador de más de 90 años a tocar en los escenarios más exigentes. Pero Compay sigue igual de sencillo. Precisamente es apreciado por esa sencillez y naturalidad. Sigue cantando a todos los cubanos, como lo hizo, en su juventud.

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